No salgas nunca sin tu aguja y tu dedal
Porque nunca se sabe: un descosido en un pantalón justo antes de entrar al restaurante, un botón que se cae en una camisa ya de por si escotada, un corchete que salta en plena sesión de teatro, y he salvado a más de un caballero en apuros cuando al agacharse su pantalón no lo pudo soportar (menuda cara de susto se les pone). Pero por suerte para todos, algunos sabemos coger la aguja a tiempo, todo es cuestión de tenerla siempre a mano. Por eso aquí os dejo unos cuantos ejemplos de costureros de bolsillo para situaciones delicadas.